En 1873, hace casi un siglo y medio, murió Juan Calfucurá, el mayor jefe político de las comunidades originarias de la región pampeana y de la Patagonia oriental. Fue el Jefe Supremo del Gobierno de las Salinas Grandes durante casi cuarenta años. Su muerte natural, después de una derrota aplastante, ocurrió en las tolderías cercanas a la laguna Chillhué, en La Pampa, y fue enterrado junto a su caballo, armas, alimento y bebidas para “la otra vida”. Sin embargo, durante décadas su cráneo, obtenido en la profanación de su tumba, permaneció exhibido en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata. Menos una pieza etnográfica que el trofeo necrofílico de una victoria militar sangrienta.